Los medios de transporte han sido, desde hace siglos, uno de los impulsores del desarrollo humano. A medida que los integrantes de una sociedad pudieron desplazarse y llevar consigo insumos de un lugar a otro, mayores fueron sus oportunidades de crecimiento. En los últimos años ha causado alivio en el mundo el hecho de que la movilidad eléctrica se haya ganado un puesto y se vea como una alternativa real en un futuro que requiere mayores niveles de conservación medioambiental.
Sin lugar a dudas, el planeta tierra está en un momento coyuntural en el que se necesita lograr un equilibrio entre el desarrollo industrial y la protección del medio ambiente, y en ese sentido, la movilidad eléctrica juega un papel importante en la búsqueda de esa sostenibilidad. Esto no es un dato menor si tenemos en cuenta que, cerca del 75% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a nivel mundial son producidas por fuentes vehiculares como carros, motos, buses, camiones o taxis.
La principal característica que hace a la movilidad eléctrica importante en esta ecuación es que su tecnología es radicalmente más limpia. Paulatinamente, los vehículos de transporte o de carga que funcionan con combustibles fósiles deberán dejar de producir gases de efecto invernadero que contaminan la capa de ozono considerablemente. Los vehículos que trabajan con energía eléctrica no generan elementos contaminantes en su funcionamiento y promueven una movilidad en la que la salud de los seres humanos y, del planeta en general, no se ve afectada.
Desde el siglo XVIII, con el inicio de la revolución industrial y el invento de la máquina a vapor, los seres humanos pusimos a los combustibles fósiles como fuente prioritaria del desarrollo y la movilidad. El problema, visible unos 3 siglos después, es que la manera de conseguir esos recursos no es sostenible en el tiempo, ya que contamina fuentes hídricas, promueve el calentamiento global y afecta la salud de los seres humanos. La movilidad eléctrica, por su parte, tiene como fuente primaria de abastecimiento a la energía eléctrica, que es un insumo que puede ser producido de maneras más limpias.
Los vehículos que hacen parte de la movilidad eléctrica tienen un sistema de funcionamiento en el que una batería es la encargada de asegurar la potencia necesaria para generar el desplazamiento. Con esta modalidad de transporte no se generan procesos de combustión que emitan componentes contaminantes a la atmósfera, como sucede con la movilidad basada en combustibles fósiles, como la gasolina o el diésel.
Aunque el tema de los beneficios medioambientales que tiene la movilidad eléctrica es transversal, también hay otros factores positivos desde el punto de vista social y económico. En ciudades como Medellín, Manizales o Bogotá se han desarrollado sistemas de transporte masivo novedosos que operan mediante energía eléctrica; tal es el caso del metro o de los teleféricos, que además de ayudar a descontaminar el medio ambiente de los centros urbanos densamente poblados, también facilitan la movilidad de los habitantes, disminuyendo sus tiempos de desplazamiento y ahorrándoles dinero.
Desde hace un par de décadas en varios países de Europa occidental se viene promoviendo el uso de medios de transportes que se basen en la energía eléctrica, tanto así que hoy por hoy existen claros lineamientos que obligan al desarrollo de sistemas de movilidad en los que se reemplazan los combustibles fósiles por la energía eléctrica.
En Latinoamérica y, en el caso de países como Colombia, esta tecnología se ha tardado un poco más en llegar y consolidarse, pero su uso está aumentando. La inclusión del país en el Acuerdo de París firmado por la Organización de las Naciones Unidas consolida esta idea y da una luz de esperanza para que haya políticas públicas que promuevan de manera clara el desarrollo de una movilidad eléctrica que ayude a cumplir los objetivos del acuerdo climático que tiene como eje transversal el disminuir las emisiones de carbono a nivel mundial.
El reto ahora en el país es consolidar una red de abastecimiento y distribución de vehículos eléctricos y servicios conexos que puedan ser usados por la mayoría de ciudadanos. Empresas como Tronex son fundamentales en esa idea de volver cada vez más popular y asequible la movilidad eléctrica en vehículos como bicicletas, motos, carros, camiones de carga, montacargas o hasta aviones que funcionen con energía eléctrica.
Si quieres conocer más información sobre esta tecnología que se muestra como el futuro del planeta puedes ingresar a www.tronex-tes.com y saber cómo puedes incluir a la movilidad eléctrica en tu cotidianidad o en el desarrollo de tu empresa.